Siempre creí ser una clase de persona, pero siempre fui distinto.
Siempre actué de buena manera, con respeto, amor y amistad, pero al parecer nunca fue así.
Siempre creí ser amigable y bueno, pero resulté ser una basura.
Siempre actué con los ojos cerrados, nunca revisé el bien los hechos. Pero ahora que abrí los ojos y pienso en el pasado, me doy cuenta de mi verdadera personalidad; esa que estaba escondida en lo profundo de mi ser.
Ahora que conozco mi ser me arrepiento de existir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario